miércoles, 31 de octubre de 2007

Un viaje primaveral

El Sol me despierta acariciándome con sus radiantes manos tamizadas por las entretejidas paredes de mi hogar viajero. La sección de vientos de la orquesta silvestre del bosque interpreta en alegro vivache una melodía de trinos y gorjeos marcados en el ritmo de la corriente de un riachuelo. Abro de par en par las ventanas de mi corazón y dejo que me inunde el alma de esta suave mañana de primavera.

Cada vez que la gracia de Dios me levantaba pensaba en aquel día que mi prima se había ido de mi lado, para buscar nuevos caminos con su esposo y de esa manera se fueron a experimentar a otro país, dejándome cada día un recuerdo de ella en mi pecho

Soñolienta me desperté un 22 de julio de 2001 con una carga de emoción que me envolvía todo el espíritu, producida por la cercanía de un prometido viaje a visitar a mi lejana prima como regalo de mis quince primaveras, habiéndolo escogido en lugar de la fiesta tradicional. A pesar de ir a tierras desconocidas, decidí montarme en el avión que me llevaría a mi destino, sentía un temor profundo que me ceñía por todo el cuerpo en sólo pensar en subirme a ese aparato; cuando empezó a despegar percibía un escalofrío que me encerraba en el miedo y a la vez una euforia dentro de mí frenesí porque mi ilusión iba rumbo a posesiones lejanas.

Después de seis horas de recorrido llegué a países americanos, se acercaba el momento de abrazar, darle muchos besos a mi adorada prima, después de un largo tiempo sin poder verla; llena de mucho regocijo, me encontraba en aquel aeropuerto y apenas salí de inmigración comencé a buscarla y me di cuenta que no había llegado. En ese momento me sentí mal, por mi chiquilla mentecita comenzaron a pasar tantas cosas, el susto me hizo paralizar mi cuerpo en especular que se habían olvidado de mí; tantos pensamientos se me cruzaron por mi cabeza en ese momento me pareció una eternidad su abandono.

Me quedé meditando, haciendo tiempo, y llegaron las imágenes queridas, como una bonita cajita labrada con tantas y cuantas decoraciones hermosas que allí se encuentran guardadas todas sus cosas como, sus inquietudes, una mujer bella e inteligente, que puede dar mucho de si misma, por lo momento eres el torrente que se lleva todo lo que está a su alcance, pero también eres limpia y pura como las aguas del mismo torrente cuando los cristales de sus aguas se refleja en el día.

Pasada la primera impresión de soledad, me dije a mí misma, a lo mejor es que estaba retrasada, pero que no me había olvidado, como en efecto así fue y, después de una hora de expectativa, llegó la ausente y enseguida se me quitaron todos los temores, barridos por la gran conmoción de estrechar a mi ansiada prima, después de unos cuantos años sin poder verla y a la vez, conocer y apretar entre mis brazos a su pequeño hijito, quien de inmediato me amó y me adoptó como su tía.

Luego de una gran espera en aquel aeropuerto tan grande y con muchas personas que eran ajenas a mí, llegó la hora de partir a la casa de mi querida prima, al llegar a su dulce morada dónde se respira un fuerte calor de familia se abrieron las maletas con muchas ansias para ver todos los obsequios que les habían mandado todos sus seres queridos que la han añorado por mucho tiempo.

Con una felicidad que nunca antes había sentido, a pesar de tener a mi madre tan lejos, cada momento que pasaba con mis primos me lo hacían muy especial, cada lugar que me llevaban a conocer era mas interesante, maravilloso, cada rincón, cada lugar donde íbamos era tan mágico, lo gozábamos como si fuera el último día en que nos vamos a ver; mi estadía en esa ciudad tan hermosa fue sensacional, a pesar de tener costumbres diferentes es muy agradable estar ahí. A pesar de que fue poco, fue el mejor regalo de cumpleaños que me pudieron haber dado, ya que este me permitió volver a ver a mis primos adorados, para mí fue como si fueran años los vividos , lo disfrutamos al máximo.

Después de dos meses en esa ciudad tan mágica como lo es Houston – Texas, llegó el día de mi partida, todos estábamos acongojados, la desolación nos rodeaba, los gemidos de cada uno de nosotros inundaba la sala de aquella enorme casa, un pedacito de nuestra alma se estaba derrumbando, nuestro aliento se percibía cada vez mas lejos y la desolación nos embargaba el rostro de todo los presentes, sólo nos consolaba la esperanza de que en un tiempo no muy lejano volviéramos a encontrarnos para disfrutar otra vez de nuestra presencia.

Luego de una despedida tan melancólica, dejando un retacito de mí ser allá, y con el corazón en la mano debido a mi partida, llegue a terrenos venezolanos donde el resto de mi familia me esperaba ansiosamente y muy felices por lo mucho que disfrute en mi corta pero fructífera estadía en ese distante país que se quedaron grabadas en mi mente para toda mí vida, siendo el mejor regalo primaveral que mi familia y sobre todo Dios me pudieron haber dado.

Ausencia sin explicación.

Que tan cruel es la vida, que permite emprender caminos torcidos y verlos rectos, vistos a través del cristal rosado del amor.Viajar entre espejos de agua, que destellan una mirada cargada de emociones agraciadas, verle a los ojos y sonreír, sus mejillas carnosas dispuestas a ser besadas en cualquier instante...solo una cosa les hace exasperarla, aquella distancia que nos mantiene alejados.

En un lugar sin tiempo y bajo la luz de la luna, mirando las estrellas brillar escribo esta crónica acerca de una niña inocente, dulce, cariñosa, que desde chiquita ha tenido momentos desconsolados como único personaje al ser humano que se le fue de su lado, así como si nada, aminorándole la vida, agachando la mirada. Hay muchas realidades en la vida por las cuales estamos forzosamente preparados para afrontarlas y es preciso vivirlas para lograr concebir su importancia, con una oscuridad casi total recordando el momento más triste de mí vida.

Con veintiún años de mucha tristeza, soledad, dolor, sentimiento de abandono, de gemidos por ti, con mucho dolor en el corazón por tu ausencia, por tu abandono total que he recibido de tu parte. Veintiún años sin tenerte a mi lado, sin poderte decir un te quiero, ni darte un abrazo de buenos días, ni un beso, ni una llamada telefónica he recibo de ti, sin poderte ver, no tuviste presente cuando finalice mi pre- escolar, ni la primaria, menos cuando salí de bachiller, ni cuando cumplí mis quince primaveras, ni cuando me hice mayor de edad por supuesto tampoco en mi trayectoria en la universidad y en mis demás celebración de vida.
Mis esperanzas no están perdidas, así sea muy pequeña se que algún día nos veremos las caras o que sencillamente recibiré una llamada de felicitaciones o un simple ¡¡hola!!, de que aparezcas en mi vida así sea por segundo o por milésimas de segundo… no sabes lo mucho que me has hecho falta papá…me he aferrado en Dios como único consuelo para aliviar este nefasto dolor que he tenido en este tiempo; veintiún años sin poder llorar en tus hombros, contarte mis cosas, qué hice para merecer esto en la vida?...de no poder contar con la presencia de un padre como la mayoría de mis amigos, de mis compañeros de estudios, de mis primos, acaso no merezco tener un padre a mi lado?, que me pueda atender, que esté pendiente de mí, en alguien con quien pueda contar siempre, he sido tan mala persona que Cristo me ha castigado con algo tan duro el no poder tenerte junto a mí.

No sabes lo que me encantaría poder contar contigo, lamentablemente la vida no me lo permitió que fuese así, han sido muchos años de soledad, aunque comprendí que el vacío no existe si en la mente esta el recuerdo de un amor que anima mi corazón. Una parte de mí se siente indefensa debido al desierto que le embarga por tu ausencia, con temor a que jamás llegue el día de poderte ver, tocarte, abrazarte, decirte lo mucho que me ha hecho falta tu cariño... estás siempre presente en mi corazón ,se que nunca me has demostrado el afecto que sientes por mí, no has sido un buen padre como me hubiese gustado que lo fueras, muy en el fondo de ese corazón tan profundo como un pozo, terco, testarudo se que estoy presente en tu vida así como yo te tengo en la mía .

Desapareciste por completo, el frío y la soledad se apoderaron de mí, pero mi corazón seguía dando una tenue luz, la puerta estaba cerrada pero un poco mas arriba la ventana se encontraba entreabierta; mis pies pisaron el barro, resbale, me golpee, lloré a mas no poder pero mi frenesí seguía latiendo, me levante, pise el barro, volví a caer, desfallecí, el eco me repetía que no estaba solo, en ese momento comprendí que con cada caída mía apiñaba una montaña de barro, el mismo barro sobre el cual me paré y alcancé la ventana del entendimiento.A pesar de no estar conmigo no me he desvanecido, porque sencillamente mañana en la mañana veré otro amanecer y podré comprender la sonrisa del rey y el calor de la oscuridad que retiene mis extrañas

Gracias a ti mi Dios por darme la fortaleza y aceptar, así me duela en el fondo de este corazón vacío y falta de amor que he tenido por la ausencia del señor Contreras y por darme a una madre que ha hecho el papel de padre, una madre sublime, unos primos excelentes, unos tíos maravillosos y una abuelita incomparable que han hecho todo lo posible para que mi vida transcurra llena de gozo y felicidad para compensar en la medida de lo permitido la carencia afectiva que ha marcado mi existencia.

A pesar de todo soy una chica feliz porque amo al mundo y el mundo me ama a mí y vislumbro mi futuro lleno de amor y sobretodo de mucha prosperidad, salud y armonía.